
El pasado 3 de junio falleció Rubén López García (1938–2022), Profesor de Investigación del CSIC y líder de grupo durante muchos años en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB), del que también fue Vicedirector en el periodo comprendido entre 1993 y 1996. Rubén nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) y ese lazo sentimental con su tierra lo mantuvo a lo largo de toda su vida. Estudió Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró en 1966 por la misma Universidad con la Tesis titulada “Producción de polisacáridos en azotobacteriáceas y sus variaciones en presencia de antibióticos”, que fue dirigida por el Prof. Antonio Portolés, en el Instituto Jaime Ferrán de Microbiología del CIB.
Después de sus estancias en el Laboratorio de Microbiología de la Universidad Agrícola de Wageningen (Países Bajos) y en el Laboratorio de Química Biológica del Istituto Superiore di Sanità en Roma, en noviembre de 1973 se trasladó al laboratorio del Prof. Alexander Tomasz en la Rockefeller University (RU; Nueva York) donde llevó a cabo estudios de transformación genética en Streptococcus pneumoniae (neumococo). A su regreso a Madrid, en 1975, neumococo constituyó el centro de sus líneas de trabajo hasta su jubilación. Junto a su mujer, la Dra. Concepción Ronda, que había participado en el aislamiento del primer fago lítico (virulento; Dp-1) de neumococo también en la RU, comenzó a desarrollar una nueva línea de investigación, pionera en España, sobre enzimas líticas de la pared celular bacteriana codificadas tanto por neumococo como por Dp-1 y otros fagos que fueron aislándose y caracterizándose en los años posteriores.
Con el transcurso del tiempo, nuevos científicos se incorporaron al grupo —que desde entonces comenzó a ser conocido como el de “Los Rubenes” —, y se fueron añadiendo nuevas líneas de investigación en neumococo y otros estreptococos filogenéticamente próximos. Entre ellas destacan las dedicadas a la caracterización de los genes implicados en la biosíntesis del polisacárido capsular de S. pneumoniae y el empleo de las enzimas líticas codificadas por los fagos (enzibióticos) en terapia fágica, dado el gran aumento de las resistencias a los antimicrobianos que presentan muchas cepas de patógenos bacterianos.
En conjunto, Rubén ha sido cofirmante de más de 200 trabajos de investigación publicados en las revistas científicas más prestigiosas, además de libros y numerosas comunicaciones a congresos y simposios especializados, así como conferencias en España y en el extranjero. Pero además de esta faceta científica, Rubén destacó sobremanera por ser un hombre bueno, generoso y conciliador. Fue un jefe de laboratorio dedicado y atento no sólo a los temas científicos sino también a las preocupaciones de las personas de su grupo que, y eso es muy importante, supo ganarse la admiración, amistad y cariño de todos los que compartimos su compañía a lo largo de muchos años.
Finalmente, con esta breve nota queremos hacer llegar a su familia y, en particular, a su esposa Conchita Ronda, nuestro más sentido pésame y nuestro cariño y apoyos incondicionales.
Ernesto García López y Pedro García González