El mieloma multiple (MM) y la leucemia linfocítica crónica B (LLC) son dos neoplasias de células B, de gran incidencia y todavía incurables. Su progresión conlleva la migración y localización de las células malignas en la médula ósea y la subsiguiente expansión en este órgano. Utilizando microscopía intravital de la médula ósea de ratón, un estudio recientemente publicado en Leukemia (Martínez-Moreno et al, 2016; doi: 10.1038/leu.2015.332) demuestra que las fases iniciales de la adhesión y “rolling” in vivo de estas células malignas B a la microvasculatura de la médula ósea requieren la integrina a4b1y las selectinas P y E, respectivamente. Las proteínas citoplásmicas talina y kindlin-3, que interaccionan con a4b1, estimulan la adhesión de células MM y LLC a dicha microvasculatura, mientras que ICAP-1 inhibe esta adhesión. Por tanto, la elección de reguladores intracelulares de a4b1 como dianas terapéuticas en combinación con las terapias actuales podría proporcionar efectos beneficiosos para competir con la resistencia a quimioterapia de las mencionadas neoplasias de células B.
El trabajo ha sido dirigido desde el CIB, por los grupos de Joaquín Teixidó y María Angeles García Pardo,y ha contado con la colaboración de investigadores del CNIC, y de los Hospitales Gregorio Marañón, 12 de Octubre, Puerta de Hierro y Universitario de Salamanca. Los autores son miembros del consorcio Neoplasbim, financiado por la Comunidad de Madrid, y por la Red Temática de Investigación Cooperativa en Cáncer (RTICC) del Instituto de Salud Carlos III.